Reseña de jugador
( Voto)Peñarol, luego de un 2022 para el olvido, ha decidido gastar y hacer las contrataciones que entiende necesarias para arrebatarle la égida del fútbol uruguayo a su rival de todas las horas, Nacional. En este contexto, apeló a un viejo conocido, pero también a otros jugadores que, pese a manifestar su cariño por los colores aurinegros, jamás habían vestido su gloriosa casaca. ¿Qué les deparará a estas contrataciones que despiertan tantas expectativas entre los hinchas del equipo con el mayor palmarés relevante del Uruguay? Si quieres apostar por el campeón del siglo XX de América, el legendario “Peñarol de los milagros”, puedes hacerlo al descargar betsson.
Lucas Hernández
Durante el Campeonato Uruguayo de 2017, el Peñarol de Leonardo Ramos durante su primer pasaje en la institución aurinegra fue laureado no solo con títulos, también con un excelente despliegue de fútbol vertiginoso por los tres carriles. Con Gargano como metrónomo y el argentino Maxi Rodríguez en la finalización, Guillermo Varela era la saeta que perforaba por la derecha, mientras que Lucas Hernández hacía lo propio por el flanco derecho, con menor destreza física que el actual lateral de la selección uruguaya, pero con una calidad técnica exuberante. Tras un paso insípido por Brasil, Lucas vuelve a Peñarol. ¿Competirá con Valentín Rodríguez y Mathías de Ritis por el retorno a la titularidad, tras cuatro años de ausencia?
Diego Rolan
Delantero asistidor, con pasado en la selección uruguaya y exitosos pasajes por Europa durante su juventud. Diego Rolan, de abolengo futbolístico, al ser sobrino nieto de Tomás Rolan, gloria de Independiente, fue de más a menos en su vertiginosa carrera tras irse del Girondins de Burdeos a España, México e incluso con un exótico y anecdótico paso por el Pyramids FC de Egipto. A los 29 años, no exento de polémicas como la célebre por una presunta extorsión de sus compañeros en Leganés y acusaciones de afición a la bebida, Diego debe demostrar que su fútbol cerebral y criterioso continúa vigente.
Matías Arezo
Pocas irrupciones en el fútbol uruguayo fueron tan espectaculares como la de Matías Arezo en River Plate, en el que tanteó debutar a los 15, y terminó haciéndolo bajo el mando de Jorge Fosatti a los 16. Se creó alrededor de él, de forma prematura, un halo de estrella sucesora de la estela de Suárez y Cavani incluso mayor al de, por ejemplo, Darwin Núñez en Peñarol. Un genio precoz, que anotó 35 goles en 86 partidos ligueros con el club de la Dársena, pero que en el Granada F. C. casi no jugó, pese a que desembolsó 7 m de euros por él. En este sentido, la institución española aspira a que Peñarol le devuelva el instinto goleador y la pólvora seca que tanto lo caracterizan. Apenas tiene 20 años y hay precedentes para seguir creyendo en él.
Léo Coelho
La incorporación más controversial del período de pases, pues arriba al club mirasol tras un pasaje exitoso por Nacional, pero que desembocó en querellas al no poder saciar el salario exigido por el defensor brasileño. ¿Una estrategia furtiva de Peñarol, que concertó su incorporación por detrás de su renovación trunca? ¿Una oportunidad que Ruglio no dejó pasar, con la sangre en el ojo del mal desempeño en la temporada pasada? Coelho, uno de los mejores zagueros del país, se unirá a Rak en una pareja que promete, a priori, ser un bastión inexpugnable en el medio local.
Sebastián Rodríguez
También con pasado en Nacional, “El mago” Rodríguez llega a Peñarol para suplir un perfil que no había, salvo, quizá, por Cristóforo, el de un mediocampista exuberante técnicamente. Pero que, a diferencia del exjugador del Sevilla, Saravia o Álvarez Wallace, Rodríguez también le agrega un sentido de verticalidad y de desplazamientos peligrosos al área contraria que enriquecen y matizan su producción desde la medular. Es un prodigio técnico con gol, por lo que resulta asombroso que Emelec haya permitido irse sin obtener un rédito económico acorde a sus atributos.
Carlos Sánchez
¿Qué decir del jugador con más renombre de toda la liga? Probablemente el mejor futbolista del histórico River Plate que obtuvo la primera Libertadores de la era del “Muñeco” Gallardo, y durante años el ejecutor de pelota quieta de la selección uruguaya. Un jugador estupendo, cuya repercusión mediática llegó tarde, a diferencia de su hermano menor, Nicolás de la Cruz, que desde un principio suscitó el interés internacional. “El Pato” Sánchez, pese a frisar casi los cuarenta, está en un excelente estado físico –llega procedente del Santos de Brasil –, y puede aportar muchísimo a la causa de Alfredo Arias si se elabora un ambiente propicio para mostrar todos sus dotes con y sin la pelota.
Abel Hernández
“La joya” impresionó desde las selecciones formativas de Uruguay, al ser un delantero con una cadera y una ocurrencia impropias para el estereotipo de ariete fornido y fajador que acostumbra producir el pequeño país sudamericano. Abel es un jugador mágico, futbolista que en la selección estuvo a la sombra, como tantos otros, de Luis Suárez y Edinson Cavani, pero que logró concatenar muy buenas temporadas entre el Palermo italiano y el Hull City inglés. Si consigue ponerse a punto físicamente y obrar con profesionalidad, no cabe duda que será no solo titular en el once del pentacampeón de América, también uno de sus principales argumentos para asolar las defensas del resto de los clubes uruguayos.
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